Si una mañana se levanta con la inquietud de que debería de hacer algo más por su salud y entre ellas piensa que ejercitarse sería una buena decisión, probablemente se plantee salir a caminar o inscribirse en un gimnasio, pero si usted es mayor de 45 años, tiene sobrepeso, ha sido sedentario, es diabético, fuma, es hipertenso, tiene el colesterol LDL (colesterol malo) y los triglicéridos en valores no deseables, padece de depresión clínica, si su padre murió de un infarto al miocardio o fue intervenido del corazón para revascularizarlo; lo mejor sería replantearse la situación, porque todo lo mencionado son parte de los que se denominan factores de riesgo para ejercitarse, por supuesto, que mucho más para intentar practicar la actividad física deportiva.
Lo recomendable entonces sería, previo a iniciar cualquier programa de ejercicio, consultar con su médico tratante de las distintas dolencias, de sus deseos de ejercitarse, para luego ser evaluado por un médico con conocimiento en las ciencias del ejercicio, quien procederá a realizar una evaluación de su estado de condición, consistente en: un historial clínico, estratificación de los factores de riesgo, historial de la actividad física, evaluación de los hábitos como: ingesta alimentaria, ingesta de alcohol, café, etc., un examen físico completo, que deberá incluir signos vitales, composición corporal, medición de cintura, mediciones de flexibilidad etc. Después de lo mencionado se procede a diseñar un programa de acondicionamiento físico, el cual deberá llevar instrucciones por escrito de los tres tipos básicos de ejercicio que constituirán este programa, si posible, hacer del conocimiento de los médicos tratantes del programa que realizará su paciente, solo así, se podrá evitar en un buen porcentaje que se presenten eventos inesperados.
Por otro lado, una persona como la mencionada, generalmente presenta algún tipo de problema músculo-esquelético, producto del sobrepeso o el mal uso de las articulaciones, que se traduce en cervicalgia, lesiones de hombros, lumbalgia crónica, artrosis de rodillas etc., que también deberá de ser tomado en cuenta en el momento de diseñarle el mencionado programa de ejercitación.
Como podemos ver, ejercitarse conlleva factores de riesgo, por lo tanto, lo recomendable es consultar con los especialistas en la materia. No corra riesgos innecesarios; prevenir es mejor que lamentar.