La Diabetes Mellitus es una enfermedad crónica caracterizada por un déficit absoluto o relativo de insulina, hormona producida por cierto tipo de células del páncreas, cuya función es disminuir los niveles de azúcar en la sangre, específicamente de glucosa.
Desde épocas remotas, los dos métodos terapéuticos utilizados para el tratamiento de la diabetes fueron la dieta y la actividad física. Se menciona que alrededor del siglo V a.C., Hipócrates y un médico hindú, de nombre Suchruta, ya utilizaban la actividad física para ayudar a prevenir y curar esta dolencia. En 1,919 un médico e investigador de apellido ALLEN demostró su efecto positivo en el descenso del nivel de glucosa en la sangre.
Poco después del descubrimiento de la insulina,en el año 1,926, se observó que la actividad física potencializaba su acción. Con los avances biomédicos actuales se ha podido comprobar, a través de múltiples estudios, lo que los antiguos investigadores afirmaban, que la actividad física y el ejercicio son de gran beneficio para las personas con Diabetes Mellitus.
Entre los beneficios se puede mencionar: bajar el porcentaje de grasa corporal, aumentar la masa muscular, mejorar la función del sistema cardiovascular y el sistema pulmonar. Lo anterior se traduce en disminución de los factores de riesgo cardíaco, prevenir el padecer de hipertensión arterial, así como mejorar la perfusión sanguínea, lo que permite incrementar el aporte de oxígeno y nutrientes a los tejidos.
La actividad física y el ejercicio contribuyen a menores requerimientos de insulina, porque aumenta la susceptibilidad de las células musculares a la misma y, en el caso de los diabéticos tipo II, puede llevarlos a no necesitar la medicación oral. Tanto disminuir las necesidades de insulina y no necesitar la medicación oral, disminuye el costo de la enfermedad.
El paciente diabético con frecuencia es una persona con un acondicionamiento físico no deseable, lo que conlleva una serie de riesgos que deben considerarse en el momento de alentar a una persona para que incremente su actividad física. Es aconsejable que antes de iniciar un programa de ejercicio,se realice una evaluación especializada, que incluya la elaboración de un historial clínico, para saber de los antecedentes médicos, quirúrgicos, hábitos de actividad física, alimentación, recomendaciones de su médico tratante, si presenta factores de riesgo como hipertensión arterial, colesterol y triglicéridos elevados, osteoporosis, artrosis etc.
El examen físico debería incluir: signos vitales, auscultación cardíaca y pulmonar, composición corporal, medición de flexibilidades y pruebas funcionales si fueren necesarias. Posteriormente diseñar un programa de acondicionamiento físico consistente en:
1. EjercicioCardioVasculoRespiratorio (CVR)
2. Ejercicio de Fortalecimiento Muscular y
3. Ejercicio de Flexibilidad.
Cada uno de ellos debe prescribirse con la intensidad, duración y frecuencia adecuadas.
Es importante tener en cuenta que cada uno de estos ejercicios proporciona distintos beneficios a todas las personas. En el paciente diabético estos beneficios resultan vitales. Ejemplo de los tres tipos de ejercicio:
Ejercicio CardioVasculoRespiratorio (CVR)
Ejercicio de Fortalecimiento Muscular
Ejercicio de Flexibilidad